martes, 17 de julio de 2007

Ana Florencia Manfredi.

Mi viaje a San Martín de los Andes.

En la semana del 9 de julio viajé con mi familia a San Martín de los Andes (Neuquén).
Me parece interesante comentar sobre esto porque es original y me gustaría contarles como es la nieve (aunque pocos días después ustedes pudieron disfrutarla aquí).Debo decir, que la nieve porteña era muy diferente a la neuquina.
El viaje empezó el miércoles, por la mañana muy temprano, esa parte no fue muy divertida ya que estuvimos sentados todo el día en el auto. Por la noche nos alojamos en Zapala para seguir emprendiendo nuestro viaje al día siguiente rumbo a San Martín de los Andes, pasando por Junín.
Esa tarde llegamos a San Martín, paseamos por el centro y había nieve en los jardines, por lo tanto jugamos a la guerra de nieve con mi hermano.
Hasta este momento, la nieve no me pareció gran cosa aunque admito que me sorprendió como era: fría, húmeda, blanca, blanda.
Al otro día fuimos al cerro Chapelco, en este había mucha más nieve que en la ciudad y ésta era mucho más de lo que yo esperaba. Al salir del auto, fui con mi hermano hacía una pequeña montaña de nieve que había cerca del estacionamiento y cuando la pisé me enterré hasta la cintura, como supondrán me empapé y así estuve hasta llegar a la cabaña donde nos alojamos. Paseando un poco por el cerro, vimos un lugar en el que alquilaban culipatines, ropa para nieve y esquies. Nosotros alquilamos los culipatines (plástico para sentarse y deslizarse en la nieve) y nos divertimos y entretuvimos con estos.
Un día después subimos por el teleférico hacía una plataforma que estaba ubicada en los 1600 m. sobre el nivel del mar. Desde allí subían los esquiadores por las aerosillas para deslizarse (nosotros no pudimos hacerlo por falta de tiempo para el aprendizaje).En cambio, alquilamos motos de sky que, los dueños-guías nos llevaron a pasear por el bosque de lengas todas nevadas. El lugar era tal cual una postal. En cuanto al recorrido motociclístico mi mamá la manejó al principio con un poco de miedo, y yo estaba en la misma moto atrás de ella. Mi papá, que ya tiene experiencia en motos la manejo con total facilidad llevando a mi hermano, mientras que en otra moto iban dos guías enseñándonos el camino. A la vuelta, pude manejarla, el guía se sentó atrás mío para indicarme y mi mamá se pasó a la moto del otro guía.
Luego de haber disfrutado de ese hermoso paisaje y de la nieve tan encantadora retornamos a nuestras tareas.

Besos, espero que les guste.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ani:
espero que la hayas pasado re bien en tu viaje!!

t qiero mucho,
macu

Anónimo dijo...

ani:
espero que la hayas pasado re bien en tu viaje!!

t qiero mucho,
macu